La iluminación LED es uno de los sistemas más eficientes del mercado y una de las tecnologías que más avance ha experimentado en los últimos años.
La tecnología LED (Light Emitting Diode) se basa en un dispositivo semiconductor que emite luz cuando se polariza de forma directa y es atravesado por una corriente eléctrica. Las primeras notas conocidas sobre electroluminiscencia, el principio básico de los LEDs, datan de principios del siglo XX, pero fue Nick Holonyak, un ingeniero de la General Electric, quien en 1962 ideó el primer LED de espectro visible. Hasta la década de los 70, no se dieron las primeras aplicaciones industriales de esta tecnología.
En cualquier caso, en sus inicios sus aplicaciones fueron muy escasas debido a su baja eficacia luminosa: electrodomésticos, electrónica de entretenimiento… hasta que, con importantes avances tecnológicos, la tecnología LED de última generación puede generar hasta un 73% de luminosidad y solo un 27% de calor, además de importantes ahorros económicos y sustanciales beneficios medioambientales.
Características y claves para elegir LED
A la hora de elegir la iluminación LED más adecuada a nuestras necesidades, debemos estar familiarizados con una serie de conceptos y características de las luces LED.
Potencia
Se mide en watios. Es la magnitud más conocida por los usuarios y, en el caso de las bombillas hace referencia a la energía eléctrica que necesitan por unidad de tiempo para convertirla en luz. Este es uno de los aspectos donde queda más patente el ahorro económico que supone la iluminación LED ya que, el equivalente de una bombilla incandescente de 60 W se corresponde con una bombilla LED de 7 W.
Factor de potencia
Se trata de una referencia de la cantidad de energía que la bombilla transforma en luz, y se indica en una escala de 0 a 1. En las luces led este valor suele ser alto, por encima del 0.7, lo que significa que el 70% de la energía se convierte en luz.
Lúmenes (lm)
Es la unidad que se utiliza en el Sistema Internacional de Medidas para medir la intensidad lumínica. La relación entre la pote intensidad lumínica medida en lúmenes nos indica la eficiencia de una bombilla ya que pone de manifiesto cuanto ilumina una bombilla por unidad de energía consumida.
Vida útil
Indica la cantidad de horas que la bombilla led funcionará de manera correcta. Algunas pueden llegar a las 50.000 horas de vida útil con un mantenimiento mínimo.
Tiempo de encendido
Tiempo que transcurre hasta que la bombilla alcanza el 60% de su luminosidad. En el caso de las bombillas led suele ser instantáneo.
Temperatura de color
Se trata de un valor numérico y que se asemeja a la luz que emitiría un cuerpo negro calentado a una temperatura determinada. Es decir, Un cuerpo teórico llamado cuerpo negro, el cual no absorbe ni refleja ninguna frecuencia lumínica, es capaz de irradiar luz según aumenta de temperatura. A cada temperatura a la que se caliente dicho cuerpo emitirá una determinada longitud de onda (color) que tendrá una energía máxima. Esa sería la temperatura de color.
La unidad de medida de este parámetro es el Kelvin (K) y corresponde al tono de luz que habitualmente se clasifica en tres tipos:
- Luz cálida: que se corresponde con temperaturas de color entre 2800ºK y 3500ºK
- Luz neutra; temperaturas de color entre 3800ºK y 4500ºK
- Luz Fría: Temperaturas de color de más de 5000ºK
Índice de rendimiento cromático (CRI)
Es un sistema internacional de medida que nos indica la capacidad que tiene una fuente lumínica para reproducir los colores fielmente en comparación con una fuente de luz natural.
Se indica en una escala entre el 0 al 100 y cuanto más alta es, más calidad de luz nos proporciona la bombilla led.
Ángulo de luz
Se refiere al ángulo de apertura del haz de luz que emite la lampara. En función de las necesidades de iluminación, se deberá optar por un ángulo de apertura y otro. Por ejemplo, para una luz general de una estancia lo ideal es que el ángulo de apertura sea amplio en torno por ejemplo a los 180-120º. Si por el contrario queremos iluminar un punto concreto, debemos escoger siempre un ángulo menor.
10 ventajas de la iluminación LED
Los sistemas de iluminación que utilizan la tecnología LED proporcionan una serie de ventajas fundamentales:
- Las bombillas LED son más seguras que las tradicionales. Son menos contaminantes porque no tienen mercurio ni tungsteno y son, por tanto, más respetuosas con nuestro entorno, reduciendo las emisiones de CO2 en un 80%-
- No sólo tienen una vida útil mucho mayor que otro tipo de sistemas de iluminación (por lo general entre 15.000 y 25.000 horas) sino que, además, pueden trabajar a pleno rendimiento sin degradarse ni perder luminosidad a lo largo de su vida.
- Su mantenimiento es mínimo.
- Consumen hasta un 90% menos que las bombillas incandescentes convencionales.
- No generan calor, así que no queman.
- Resiste temperaturas más extremas que las bombillas incandescentes, además de mayor humedad y vibraciones.
- Encendido instantáneo. Nada más pulsar el interruptor, la bombilla ilumina con toda su capacidad, sin tardar algunos segundos en alcanzar su máxima potencia
- Resistente a un enorme número de ciclos sin perjuicio para su rendimiento. Los ciclos son las veces que se enciende y se apaga.
- Producen baja contaminación lumínica en exteriores.
- Las bombillas de alta calidad reproducen los colores con una gran fidelidad, con un índice cromático de 80 sobre 100. Proporcionan, además, diferentes tonos de luz para ajustarse a todo tipo de ambientes.
Usos y aplicaciones de la iluminación LED en la domótica
La aplicación más importante y utilizada que tiene la iluminación LED sobre el campo de la domótica es conseguir una adecuada iluminación y ambientación, según la situación lo requiera, ya que no olvidemos que la domótica se basa en hacer la estancia en el hogar, lo más agradable y cómoda posible.
El uso de la iluminación LED cada día está más presente en los hogares, y es que no se trata de una bombilla tradicional, sino de un circuito electrónico, el cual, su adaptación a la domótica es más simple que la iluminación convencional.
Los LEDs están preparados para que puedan ser controlados por cualquier aparato electrónico que usemos como la “centralita” del sistema domótico, como un móvil o tablet. Desde ahí, se puede controlar la intensidad de la luz, la cantidad de focos que tienen que estar encendidos o apagados o programar un horario por razones de seguridad.
A continuación, algunos de los usos que se le puede dar a la iluminación LED dentro de una casa:
- Alumbrado para suelos, pavimentos, baños… Ya que cada una de estas estancias tendrá una iluminación diferente y propia acorde con sus características.
- Alumbrado decorativo, las luces LED son bastante flexibles en cuanto a tener diferentes tonos, o incluso colores, que pueden influir al aspecto visual de los diferentes entornos de la casa.
- Alumbrado de exteriores, ya que soporta mejor las condiciones ambientales, que otros focos incandescentes.
- Zona controlada por sensores, sobre todo en zonas oscuras o comprometidas por horario nocturno, cuando se detecta movimiento automáticamente se activarán.
- Ambientación de ciertas zonas del hogar “especiales”, cualquier lugar en el cual sea interesante disponer de varios ambientes según la situación lo requiera.
- Proporcionar seguridad, ya que podemos dejar programados ciertos horarios para crear la iluminación adecuada, que en este caso pueda persuadir a posibles ladrones, creando la sensación de que efectivamente la casa está habitada sin realmente estarlo.
Ejemplos de aplicaciones de LED para el hogar
Las infinitas posibilidades que hay para la aplicación de la iluminación LED en una vivienda, hace que sea un elemento que no pueda faltar en ningún proyecto. Algunas de las aplicaciones más utilizadas son:
Luz de presencia: una de las aplicaciones más demandadas es la luz de presencia. La iluminación LED es principalmente conocida por su eficiencia energética, por lo que pueden permanecer encendidas durante mucho tiempo. Se aplica a las zonas de paso u otras zonas de la casa más transitadas o donde se reúnen las visitas, como el salón o comedor.
Foseados de techo: el reducido tamaño de estas luminarias permite enmarcar espacios y aportar luz de ambiente de una forma discreta y siempre con el foco de luz oculto tras los detalles arquitectónicos.
Iluminación en la cocina: la iluminación LED se puede utilizar bajo los muebles altos de las cocinas, consiguiendo un efecto elegante, además de conseguir una fuente luz que alumbra a la perfección la zona de trabajo de la encimera sin deslumbrar.
En estanterías: de las mayores aliadas para las luces LED, ya que ofrecen una gran variedad de opciones decorativas, además de iluminar o poder destacar los objetos que están en ella.
Interiores de armarios: por mucha luminancia que haya en una habitación, siempre quedan lugares donde la luz no llega a iluminar todas las zonas, por lo que quedan en penumbra, como es el caso de los armarios. Por ello, la iluminación mediante tiras LED es la solución definitiva para conseguir una visibilidad adecuada en el interior del armario.
En baños: las luces LED también pueden ser resistentes al agua. Esto ha permitido que sus aplicaciones puedan extenderse a cualquier lugar, incluido el baño. Esta iluminación los convierte en espacios más seguros gracias a una mejor visibilidad y al confort visual sin deslumbramientos.
En el exterior: precisamente la resistencia al agua ha sido lo que ha hecho posible que la iluminación LED no se limite únicamente a interiores, sino que también pueda utilizarse en cualquier espacio al aire libre y soportar las condiciones climatológicas del tiempo. Este tipo de luminarias se da en: terrazas, piscinas, jardín, senderos o zonas de paso.
La iluminación no es algo trivial; es uno de los elementos que más influye en nuestro bienestar y confort tanto a nivel biológico como emocional. Por tanto, para maximizar tanto el bienestar de las personas, como su capacidad productiva, será fundamental diseñar el sistema de iluminación necesario para desarrollar nuestras actividades diarias de forma óptima.