La calefacción eléctrica es una de las opciones más utilizadas en España, ocupando aproximadamente un 40% de la calefacción en los hogares, especialmente en zonas no demasiado frías. Y se trata de uno de los sistemas de calefacción más eficientes en comparación con otras alternativas.
Tipos de calefacción eléctrica
Cuando se habla de calefacción eléctrica se hace referencia a cualquier sistema de calefacción que use la electricidad como energía primaria para su funcionamiento. Actualmente, encontramos varios tipos de calefacción eléctrica:
- Radiadores eléctricos: la tecnología que usan estos aparatos varía un poco, pero todos parte de estar compuestos por resistencias que producen el calor y paneles de distintos materiales. Según su mecanismo pueden ser:
- Acumuladores de calor: su sistema permite acumular el calor en las horas cuando la electricidad es más barata y lo desprende a la estancia durante el resto del día. Se pueden instalar en la pared o tenerlo de manera portátil, y es uno de los radiadores eléctricos más eficientes. Se pueden diferenciar dos tipos: los dinámicos y los estáticos.
- Convectores: trabaja gracias a las resistencias eléctricas y al aire que circula de forma natural a través del convector. El aire se calienta y es expulsado. La desventaja es que la habitación se enfría con rapidez una vez apagados, por lo que se recomiendan únicamente para estancias pequeñas o segundas residencias.
- Radiadores de calor azul: es una nueva generación de los radiadores eléctricos de aceite. Sin embargo, se ha sustituido el aceite por un nuevo fluido, llamado “sol azul” que mejora el rendimiento de los radiadores. Aún así tienen un consumo de electricidad elevado.
- Radiadores infrarrojos: calientan por radiación, es decir, irradian ondas electromagnéticas infrarrojas. Por lo que no necesitan de una corriente de aire que difunda el calor, como en el caso de los radiadores. Calienta directamente a las personas en lugar del aire, por lo que su consumo es menor. La desventaja: no es un calor envolvente.
- Caldera eléctrica: la combinación de una caldera eléctrica con radiadores de agua. El mayor inconveniente es que requiere de instalación, pero permite una mayor eficiencia.
- Suelo radiante: La calefacción instalada bajo el suelo es uno de los sistemas más eficientes y modernos para calentar una vivienda. Consiste en un sistema de cables para generar calor gracias a la electricidad que pasa por ellos, y unas tuberías para distribuir el agua caliente. Esta opción proporciona un calor inmediato y uniforme sin necesidad de requerir elementos visibles en la vivienda. Sin embargo, requiere de una mayor inversión en su instalación.
- Bomba de calor: este sistema no solo proporciona calefacción sino que también se puede utilizar para el agua caliente o la refrigeración. Transmite el aire frío o caliente del exterior al interior de la vivienda mediante un circuito que contiene fluido refrigerante. Es un sistema de los más eficientes.
- Paneles radiantes: son equipos que aprovechan los dos tipos de difusión del calor, la radiación y la convección. Su principal forma de difusión es gracias a la radiación infrarroja, no obstante, se les dota de un diseño especial, como a los radiadores, de modo que el aire puede circular a través de él y calentarse. Se puede instalar de forma sencilla a una pared o utilizarlas de forma portátil y son un 20% más eficientes que otros sistemas, como los radiadores de aceite.
- Estufas eléctricas: generalmente son equipos diseñados en un modo portátil. Se caracterizan por imitar a las tradicionales estufas de gas butano o chimeneas de leña. Incluso muchos modelos disponen de unos troncos de leña simulados que cambian de color al encender la estufa.
Calefacción eléctrica más eficiente
Sin duda, lo que todos buscamos es conseguir una calefacción que consuma menos energía para que el bolsillo no sufra las consecuencias. Aunque los sistemas de calefacción eléctrica se caracterizan por ser de los sistemas más eficientes, lo cierto es que dentro de todas sus variedades y tipo, hay algunos bastantes más eficientes que otros.
Sin embargo, encontrar el sistema de calefacción eléctrica que menos electricidad consuma esto no solo dependerá del propio sistema, sino diversos factores como el lugar donde se instale, el uso que se le vaya a dar o el aislamiento de la vivienda.
Unas de las opciones que hay en el mercado que son más asequibles en consonancia con su menor consumo son los emisores térmicos de fluido o los convectores. Aunque este tipo de calefacción es recomendada en viviendas más pequeñas y zonas geográficas que no suelen ser excesivamente frías en la época de invierno.
Por otro lado, si eres de los que les gustan los sistemas tradicionales para calentar la casa, lo mejor es que te decidas por un radiador eléctrico. Eso sí, hay que tener en cuenta que si el artefacto no posee un termostato regulador puede hacer que tu recibo de luz suba.
Y por último, los sistemas de calefacción que trabajan con bomba de calor. Es un sistema más eficiente, en parte porque utiliza la propia temperatura del aire, mientras que otros sistemas adquieren el 100% de la energía que necesitan para generar calor directamente de la electricidad. El coste de la energía que se necesita para calentar una casa es hasta tres veces inferior si se utiliza una bomba de calor, respecto a cualquier otro sistema de calefacción eléctrica.
Calefacción eléctrica con acumuladores
La calefacción eléctrica con acumuladores de calor se caracteriza por su elevada eficiencia. Los acumuladores pueden programarse o accionarse en función de nuestras necesidades, pero siempre debemos tener en cuenta que para aprovechar un máximo nivel de ahorro, tendremos que realizar las cargas y descargas durante los horarios valle o supervalle, en las tarifas con discriminación horaria.
Hay dos tipos de acumuladores de calor:
- Estáticos: es el modelo más sencillo o básico. Se diferencia del acumulador dinámico, básicamente en el aislamiento, ya que es más débil. Liberan la energía calorífica de manera natural. Se recomiendan para lugares habitados permanentemente ya que ofrecen una temperatura de confort constante. En cuanto a precio, también son más baratos que los dinámicos.
- Dinámicos: en este caso incorporan un ventilador que ayuda a la transmisión de energía y su aislamiento es más eficaz. El control de la descarga de energía, permite gestionar la temperatura de distintas zonas.
Se puede dar el caso de combinar los dos tipos de acumuladores, para lograr un beneficio económico. Aunque la mejor opción sería recurrir a los acumuladores dinámicos ya que permiten llevar un control de la temperatura y el consumo.
¿Cómo ahorrar en calefacción eléctrica?
Mantener el consumo eléctrico y saber cómo establecer la temperatura idónea para ahorrar no es sencillo, pero con algunos de los siguientes consejos podrás conseguirlo:
- Una de las principales claves para ahorrar en consumo y aumentar la eficiencia de la calefacción eléctrica, es un buen aislamiento de la vivienda, evitando la transmisión de corrientes de frío en el interior de la vivienda. Se estima que un mal aislamiento puede hacer perder hasta el 25% del calor, lo que afecta directamente al consumo y a la eficiencia, lo que se traduce en la dificultad de ahorrar.
- Usar un termostato te permitirá poder controlar la temperatura del hogar y mantenerla, esto evitará bruscas subidas y bajadas de la calefacción que producen un gasto extra en la factura. Con un termostato se puede programar activándose cuando la temperatura descienda por debajo de los grados indicados, pudiendo incluso apagarla si no estamos en casa.

- También mantener una temperatura constante ayudará al ahorro energético y al consumo. Lo recomendable es mantener una temperatura media de 21 grados para lograr el equilibrio perfecto entre un consumo eficiente y una temperatura agradable.
- En ocasiones ocurre que para secar la ropa recién lavada más rápido, se suele colocar encima de los radiadores, lo que puede provocar un efecto negativo. Tapar los radiadores no permite la correcta circulación del aire caliente, por lo que no solo tardará más en llegar a tener la temperatura deseada, sino que además tu sistema de calefacción eléctrica tendrá que trabajar más, lo que hará aumentar su consumo.
- La ventilación es una acción muy importante en una vivienda, incluso en invierno. Sin embargo, para que la calefacción generada que ha calentado la vivienda, no haya sido un gasto que no ha servido para nada, lo recomendable es ventilar durante no más de 10 minutos.
¿Qué es más caro el gas o la electricidad?
Hoy en día, la situación económica actual en España se ha visto agravada por una inflación cada vez más al alza a causa del incremento del precio de la electricidad, haciendo que enero de 2022 sea el más caro de la historia en gasto de esta energía. Por lo tanto, en términos generales, el consumo de gas es más económico que el de electricidad, aunque su instalación sea más costosa.
No obstante, es difícil establecer un criterio único para ofrecer una respuesta a esta cuestión pues existen diversas opiniones acerca de la calefacción eléctrica así como otros sistemas alternativos como la calefacción de gas natural. Ya que este dato dependerá de cada caso en concreto por parte de los consumidores y la compañía con la que tienen contratados los servicios de energía.
¿Qué es más barato calefacción de gasoil o eléctrica?
Una de las grandes diferencias del gasoil respecto a la energía eléctrica es que este primero se puede comprar en grandes cantidades y esto permite que su coste sea menor, siempre teniendo en cuenta que se ha de disponer de un espacio amplio y bien acondicionado para su almacenaje, algo que no se necesita con la calefacción eléctrica. Aunque la calefacción de gasoil es un método muy económico, hay que tener en cuenta que el precio del gasoil está sujeto al mercado de precios del petróleo y su fluctuación.
Por otro lado, la calefacción eléctrica va directamente ligada al suministro de energía eléctrica del hogar, por lo que su consumo queda reflejado en la factura de la luz, lo que la convierte en una de las opciones de más coste. Sin embargo tiene otras ventajas como una inversión inicial a menor coste, no se necesita de grandes espacios y desde el punto de vista ecológico, no emite gases contaminantes.
Por último, y en conclusión, se puede decir que la calefacción de gasoil es más utilizada en espacios amplios como industrias o grandes locales comerciales, ya que son lugares que requieren de mucha energía calorífica, y una calefacción de gasoil saldrá más económica. Mientras que la calefacción eléctrica está más presente en hogares o locales más reducidos.
¿Cuánto cuesta poner calefacción eléctrica?
El precio final está directamente relacionado con la elección del sistema de calefacción eléctrica y la cantidad de dispositivos que se necesita para calentar la vivienda al completo con cada una de sus estancias, sin olvidar los derechos obligatorios que se pagan a la distribuidora de electricidad al dar de alta la luz, independientemente del sistema de calefacción elegido por cada titular.
¿Cuántos watts consume la calefacción?
Este dato depende directamente del modelo de radiador eléctrico, estufa o calefactor y su potencia específica, que viene indicada en las especificaciones del producto. Cuanto mayor sea el número de vatios mayor será el consumo.
¿Qué tarifas de luz hay para calefacción eléctrica?
Todas las tarifas eléctricas del mercado libre y/o regulado pueden ser contratadas por cualquier cliente que tenga calefacción eléctrica en su domicilio o local. Existen las siguientes:
- Tarifas de luz con discriminación horaria: consiste en un sistema de tarifa que aplica precios diferentes por cada kW de electricidad dentro del punto de suministro en función de la hora del día a la que se ha efectuado el consumo.
- Tarifa nocturna: es la modalidad que más conviene para la gran parte de viviendas donde todos los miembros de la unidad se encuentran ausentes del domicilio durante las horas centrales del día. Se puede contratar tanto en el mercado libre como regulado.
- Tarifa para coches eléctricos: establece 3 franjas horarias, de las cuales el periodo de madrugada es el más barato porque durante la noche se carga el vehículo en el punto de recarga.
- Tarifas con discriminación horaria personalizada :se aplican franjas horarias personalizadas por el cliente que pueden darse dentro de un mismo día o por periodos tales como: un día completo de la semana, fin de semana o por estación del año. En este caso solamente se pueden contratar con ciertas compañías del mercado libre.
- Tarifas de luz con precio fijo: el precio del kWh de luz es el mismo durante las 24 horas del día sin que haya la posibilidad de aprovechar determinadas franjas horarias en las que la luz es más barata. Este sistema es recomendable para aquellos usuarios que no pueden evitar el consumo eléctrico durante las horas centrales del día o trabajan en casa y necesitan hacer uso de su sistema de calefacción eléctrico una gran parte de la jornada.
Alternativas a la calefacción eléctrica
La calefacción eléctrica va directamente ligada con el consumo de electricidad, y como hemos mencionado anteriormente, a causa de la actual inflación que se está viviendo en España, la calefacción eléctrica no resulta la opción más barata en muchos casos. Por ello, te traemos una serie de alternativas para la calefacción sin uso de electricidad ni gas:
- Estufas de pellets o leña: dentro de las estufas de biomasa, las de leña y pellet son las más comunes, además de ser una de las más ecológicas, ya que utiliza residuos orgánicos para su funcionamiento. Las desventajas que tienen estos tipos de calefacción es que necesitan un mantenimiento continuo para evitar que la ceniza se quede a lo largo de los conductos, y su instalación no es sencilla, ni barata. Este tipo de calefacción es más recomendada en viviendas no muy grandes.
- Estufas de bioetanol: estas estufas funcionan únicamente con etanol, por lo que no se consume ni electricidad ni gas, y debido a su tecnología aislante, estas no expulsan ningún residuo de humo haciendo que puedan usarse tanto en exteriores como interiores. Estos sistemas son eficientes pero requieren la necesidad de tener una salida al exterior y estar en estancias con una buena ventilación.
- Calefacción por infrarrojos: si bien es cierto que precisa energía eléctrica, este tipo de calefacción transforma el 95% de la potencia en radiación térmica, haciendo que el consumo de energía para funcionar sea mucho menor del habitual. Asimismo, al igual que las estufas de bioetanol, este método no genera ningún tipo de residuo.
- Bombas de calor geotérmicas: este sistema está basado en instalar en el terreno sondas que recogen el calor y lo trasladan al vaporizador de la bomba térmica. Si lo comparamos con el uso de la calefacción convencional, como radiadores eléctricos, este sistema usa mucha menos energía ya que su uso puede puede producir un ahorro de hasta el 75%.
- Calderas renovables: es un sistema que funciona con el uso de bombas de calor de la tecnología aerotérmica requiere el uso de la energía para iniciar el motor, ahorrando un 25% en el caso de gas natural y un 50% cuando se trata de Gasoil. A pesar de que la instalación supone un precio superior al de la calefacción convencional, al no hacer uso constante de la energía eléctrica este precio se amortiza en un período de entre 5 y 10 años.