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El papel de la climatización en la urgente descarbonización de los edificios

descarbonizacion de edificios wolf
22/02/2023

Vivimos un momento en que el impacto del cambio climático es cada vez más notable. Hoy día, casi nadie pone en duda la necesidad apremiante de tomar medidas para abordar un cambio que nos afecta a todos. La emisión de gases de efecto invernadero está provocando aumentos de temperatura que han modificado los patrones climáticos y generado fenómenos atmosféricos extremos con graves consecuencias socioeconómicas.

La reciente crisis energética y la escasez de materias primas han puesto también de manifiesto que la reducción del consumo y la dependencia exterior, así como la reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero no son sólo una cuestión de sostenibilidad, sino también de economía básica.

Para abordar esta situación sin precedentes, han llegado las ayudas de la Unión Europea para reducir la huella de carbono y el consumo de energía, entre otros sectores, en el de la edificación, que aspira  a prácticas de construcción sostenibles.

Objetivos desarrollo sostenible 2030

Alineado con las directrices europeas sobre el clima, el gobierno español publicó en el año 2021 una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que compromete la neutralidad climática antes del 2050. Para lograrlo, se fijan unos objetivos mínimos de reducir antes de 2030 la emisión de gases de efecto invernadero un 23% respecto a 1990, alcanzar una penetración de energías renovables de un 42% y disminuir el consumo de energía primaria en un 39,5%.

El incuestionable impacto de los edificios en la demanda energética total hace que el sector de la edificación esté en el punto de mira de las reformas a emprender para llegar a los objetivos.

Aunque desde la última revisión del Código Técnico de la Edificación, las nuevas construcciones se diseñan con criterios de consumo de energía casi nulo, los esfuerzos han de sentarse en la rehabilitación de un parque muy envejecido, responsible de la mayor parte del consumo de energía y emisiones de CO2.

Reducir la demanda y mejorar la eficiencia

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) calcula que un 58% de los edificios españoles se construyeron antes de 1980 -cuando se aplicó la primera norma que introdujo criterios de eficiencia energética en la edificación- y alrededor de un millón de viviendas están en estado deficiente. Por eso se ha puesto en marcha un Plan de Rehabilitación y regeneración urbana sin precedentes.

Al igual que en los edificios de nueva construcción, reducir la demanda y mejorar la eficiencia de las instalaciones, son absolutamente esenciales para abordar la emergencia climática sin perder de vista los criterios de confort térmico y calidad del aire. De esta forma podremos contribuir a la eliminación gradual del uso de combustibles fósiles, reduciendo nuestro nivel de emisiones y la dependencia energética de terceros países exportadores.

En primer lugar, debemos adoptar hábitos de consumo responsables para reducir la demanda de energía. Por ejemplo, para ayudar a la consecución de los objetivos en los hogares y edificios, la instalación de electrodomésticos y sistemas de iluminación de bajo consumo puede suponer un ahorro relevante, ya que constituyen hasta el  30% de la demanda.

No obstante, entre un 50 y un 70% del consumo de nuestros edificios proviene de las necesidades de calefacción, refrigeración y agua caliente, por lo que el uso de tecnologías más eficientes como la bomba de calor o las calderas de condensación en la rehabilitación tendrá mayor impacto para reducir la huella de carbono.

En este contexto, es fundamental la sustitución de antiguos generadores por otros más eficientes, favoreciendo si es posible su electrificación, como es el caso de la aerotermia, que nos permitirá reducir el consumo de combustibles fósiles.

Sistemas de producción renovable en los edificios

La sustitución de emisores de alta temperatura, como los radiadores, por otros que permitan trabajar a menor temperatura y la utilización de sistemas de control inteligentes que ayuden a mejorar el rendimiento global de la instalación son estrategias esenciales para reducir nuestro consumo.

Al mismo tiempo, es el momento de incorporar sistemas de producción renovable en nuestros edificios. La producción de energía in-situ, como la energía solar fotovoltaica para la producción eléctrica o la solar térmica para la producción de agua caliente, nos permiten evitar el consumo de energía generada en el exterior con sus consecuentes pérdidas en el transporte y distribución.

Con una rehabilitación integral del edificio y sus instalaciones y con la implantación de energías renovables podemos conseguir un ahorro en energía final de un 70% ciento y una reducción de emisiones de CO2  de hasta un 90%.

Pero, a pesar de que los pasos a seguir para la transición energética de los edificios están claros, lo cierto es que cada proyecto tiene su complejidad y, en ocasiones, la renovación de las instalaciones no es tan sencilla como la mera rehabilitación de su exterior.

En casos en los que la electrificación de las instalaciones no sea posible, se recomienda sustituir las calderas antiguas por nuevos equipos de condensación que pueden reducir el consumo hasta en un 20%. Si, además, podemos hibridar la instalación con producción de agua caliente mediante energía solar o aerotermia, reduciremos aún más la factura energética y medioambiental con una intervención más sencilla.

Si el edificio cuenta con instalaciones individuales y no es posible sustituirlos por bombas de calor, una solución puede pasar por centralizar los servicios de calefacción y agua caliente en cubierta o unirse a redes de calor de distrito, lo que simplificaría la introducción de tecnologías más limpias.

Desde WOLF ofrecemos sistemas globales e inteligentes que permiten cubrir las necesidades de calefacción, refrigeración, ventilación y agua caliente en nuestros edificios con tecnología de última generación, lo que nos pone a la vanguardia tanto si hablamos de calderas de condensación preparadas para la revolución del hidrógeno, como si queremos usar sistemas de aerotermia que aprovechen la energía en el aire. La versatilidad de soluciones y nuestra posibilidad de hibridar sistemas son claves para adaptarnos a cualquier tipo de instalación.

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