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Decálogo de AECOM sobre cómo debería ser la ciudad del futuro

ciudad del futuro
25/08/2020

La pandemia del Covid-19 puede convertirse en una lanzadera para activar el cambio sostenible y circular de la ciudad como entorno esencial para el ser humano. En este sentido, AECOM ha lanzado un decálogo sobre cómo debería ser la “ciudad del futuro”. Arquitectos, urbanistas e ingenieros son los profesionales llamados a promover y liderar este cambio.

La importancia de adaptar espacios

El equipo de Buildings & Places de AECOM España, empresa líder a nivel internacional en arquitectura, diseño, transporte y sostenibilidad, ha redactado un decálogo, tomando como inspiración el informe “The Future of Infraestructure”, de la propia compañía. En este informe se analizan los cambios del sector y sitúa a las infraestructuras como palancas de cambio en la reconstrucción económica de la crisis causada por el coronavirus.

Bajo este enfoque, ha querido profundizar en cómo la crisis sanitaria y económica producida por la Covid-19 ha dejado al descubierto lo importante que es adaptar los espacios en los que vivimos según las diferentes necesidades que puedan surgir. Y en especial el elemento integrador en todo este esquema: la ciudad.

La ciudad del futuro

“La actual crisis mundial a la que nos enfrentamos ha expuesto de manera drástica la fragilidad de nuestros sistemas económicos y socio-ecológicos. Y ha puesto de manifiesto algunas cuestiones clave que son cruciales para el bienestar de la humanidad”, explica Juan Cortés, el responsable de Diseño Urbano y Paisajismo en AECOM España.

En este sentido, la compañía es consciente de que es el momento para reflexionar sobre la preparación de nuestras ciudades y su capacidad de adaptación ante posibles pandemias, catástrofes naturales o crisis migratorias. Por ello ha elaborado un Decálogo de cómo deberían ser las ciudades del futuro.

gráfico ciudad del futuro

Decálogo de la ciudad del futuro

  • Deben explotarse y gestionarse eficientemente los recursos urbanos cada vez más escasos, desde la energía y el agua hasta las infraestructuras de transporte. Se garantizaría así la sostenibilidad a largo plazo y una distribución justa de la recuperación económica.
  • Se debe distribuir de manera más uniforme y de manera más equitativa el empleo y los servicios básicos, como la atención médica, la administración, las instalaciones sociales o los equipamientos deportivos. Todo ello para que las necesidades de movilidad se ajusten de forma sostenible, reduciendo las emisiones y mejorando la salud de la población.
  • Se deben dimensionar generosamente las zonas verdes urbanas de tal manera que den servicio al conjunto de la población y sean fácilmente accesibles a pie y/o en bicicleta para toda la ciudadanía. De este modo, ante posibles restricciones, las zonas disponibles no se verían drásticamente reducidas.
  • Los espacios públicos, como calles, plazas y caminos, deben repensarse y rediseñarse de manera que permitan un movimiento seguro y rápido para llegar a puntos urbanos clave. Se evitarían así obstáculos innecesarios o enfrentarse a riesgos que pongan en peligro la seguridad y salud de sus transeúntes.
  • La caída temporal de la contaminación del aire durante la crisis debe ser vista como una señal importante para que los responsables de formular políticas urbanas actúen. Es necesario que sean capaces de vislumbrar los beneficios a largo plazo de construir ciudades de cero emisiones.
  • Implementar políticas flexibles e imaginativas, apoyadas por una sólida planificación y un enfoque científico. Se deben incorporar a los procesos de decisión herramientas como la generación de escenarios, basadas en el análisis de grandes fuentes de datos, además de reforzar la participación pública informada y masiva.
  • La ciudad debe potenciar su «columna vertebral» de infraestructura esencial, tanto dura como blanda y verde, que sustenta la vida social.
  • Las ciudades deben contar con una rápida capacidad de adaptación e intermodalidad de sus sistemas de transporte.
  • Tiene una importancia clave el construir, mantener y operar las infraestructuras de redes y cadenas logísticas “invisibles” que conectan nuestros hogares al mundo. Con la capacidad de obtener suministros de manera segura y permitiendo la comunicación con familiares, amigos y compañeros, etc..
  • Estas urbes deben estar preparadas para afrontar nuevos tipos de “confinamiento” o el bloqueo de algunas infraestructuras debido a motivos de fuerza mayor, permitiendo que continúen las actividades esenciales.

La ciudad esencial

“En este sentido, desde AECOM estamos trabajando en un marco de planificación flexible y escalable de la ciudad del futuro con una lógica que se asemeja a las muñecas matrioshka, que permita reducir o aumentar gradualmente los servicios municipales y el uso ciudadano de los ámbitos públicos”, sentencia Carmela Carvajal, Arquitecta en AECOM.

“Este nuevo paradigma urbano, que desde AECOM llamamos la ciudad esencial, debe tener un enfoque holístico que aumente la resiliencia de la ciudad, respalde los estándares de vida básicos a la vez que se reducen las desigualdades. Y permitiendo que la actividad económica de base se desarrolle en circunstancias extremas”, señala Carvajal.

Sobre AECOM

AECOM es la compañía líder a nivel internacional especializada en arquitectura, diseño y sostenibilidad. Basa su negocio en tres áreas diferenciadas: Transporte, Diseño, Arquitectura, Sostenibilidad y Medio.

En España cuenta con más de 500 profesionales dedicados a ofrecer un servicio integral desde la concepción a la finalización del proyecto. Esto permite a sus clientes, tanto públicos como privados, mantener su nivel de competitividad en los mercados globales y alcanzar sus objetivos.

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