Las casas pasivas o Passivhaus, son un estándar de construcción que nació en Alemania en 1991 y que poco a poco se ha ido extendiendo a nivel mundial, hasta convertirse en la actualidad en el sistema de construcción sostenible más valorado dentro del sector de la construcción.
El estándar Passivhaus no obliga a utilizar un estilo arquitectónico o material determinado sino que busca reducir el consumo de la vivienda empleando técnicas pasivas. El límite en la demanda de energía que marca el standard Passivhaus es 15 kWh/(m²año). Esto quiere decir que el consumo anual por metro cuadrado de la vivienda debe de ser igual o inferior a dicha cifra.
Su secreto principal reside en combinar un elevado grado de confort en el interior de la vivienda con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible que permite amortizar la diferencia de inversión con respecto a una construcción convencional a corto plazo. Esto se consigue gracias a los cinco principios básicos que toda vivienda Passivhaus debe respetar.
¿Passivhaus que es?
Passivhaus es un estándar de construcción de edificios altamente eficientes en términos energéticos que se originó en Alemania en la década de 1990. El objetivo del estándar Passivhaus es crear casas o edificios que tengan un consumo de energía muy bajo, reduciendo al mínimo la necesidad de calefacción o refrigeración convencionales.
Passivhaus se diseñan para ser altamente herméticos, lo que significa que minimizan la entrada y salida de aire no deseado. También están diseñados para aprovechar al máximo la energía solar pasiva y la energía generada internamente, como el calor generado por electrodomésticos y personas.
Se prueban rigurosamente para asegurarse de que cumplan con los requisitos del estándar en términos de eficiencia energética, calidad del aire interior y confort térmico. Passivhaus se utilizan en todo el mundo, desde viviendas unifamiliares hasta edificios de oficinas y escuelas.
Cinco principios básicos del estándar Passivhaus
Los edificios Passivhaus o casas pasivas pueden llegar a reducir en torno a un 75% la demanda de calefacción y refrigeración y la baja necesidad energética que requieren se puede cubrir sin problemas con energías renovables como la aerotermia, la geotermia o la energía solar. Pero además, una vivienda Passivhaus debe estar concebida y diseñada en base a cinco principios básicos que son:
Excelente aislamiento térmico
Uno de los conceptos más importantes en el Passivhaus es el aislamiento. Un buen aislamiento de la envolvente del edificio es fundamental para minimizar las pérdidas de calor de la vivienda en los meses de invierno e impedir la entrada de calor en los meses más calurosos. Una casa Passivhaus dispondrá de un excelente aislamiento en toda la envolvente del edificio: paredes exteriores, cubierta y solera deberán tener además una baja transmitancia térmica.
Un buen aislamiento térmico continuo en la envolvente siguiendo la “regla del rotulador” (mantener la envolvente térmica sin discontinuidades de manera que pueda dibujarse una línea continua sin levantar el rotulador), mejora el comportamiento térmico del edificio especialmente en invierno, cuando la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior es mayor, impidiendo la transmisión de calor hacia el exterior.
Además, en función de la zona climática en la que esté ubicada la vivienda el objetivo será el de optimizar el espesor del aislamiento térmico hasta encontrar el punto de inflexión, a partir del cual el aumento de grosor sea muy poco relevante para la mejora de la eficiencia energética.
La idea de que un aislamiento excesivo perjudica el comportamiento térmico de los edificios en verano, debido a la dificultad de disipar el calor absorbido durante el día, se contrarresta con el resto de estrategias pasivas enfocadas al verano: disminución de ganancias solares con una orientación y protección solar adecuadas y una buena ventilación nocturna.
Ventanas y puertas de altas prestaciones
Tanto las puertas como las ventanas de una casa pasiva deben ser de altas prestaciones ya que los huecos o aberturas son los puntos de mayor fuga de energía en una vivienda. El Passivhaus Institute certifica las ventanas de los fabricantes que demuestran cumplir todos los requisitos, les otorga un sello de «componente certificado», y los publica en una lista actualizada.
Para conseguir el sello de componente certificado, las carpinterías empleadas en una vivienda Passivhaus o casa pasiva deben cumplir con una serie de requisitos:
- Las ventanas passivhaus deben estar fabricadas con un vidrio muy eficiente (con una o dos cámaras) dependiendo de la zona climática en la que se ubique la edificación.
- La cámara entre vidrios debe estar optimizada con el empleo de gases como el Argón o el Kriptón, y la instalación de un capa de baja emisividad en función, una vez más, de la zona climática donde se encuentre la vivienda.
- Las ventanas passivhaus minimizan las pérdidas de calor controlando el puente térmico que existe entre el cristal y el marco, colocando un separador eficiente de baja conductividad, normalmente en plástico o goma denominado intercalario caliente. El Intercalario también deberá estar certificado por el Passivhaus Institute.
- El marco de las ventanas passivhaus debe ser altamente aislante gracias al empleo de cámaras y membranas de rotura de puente térmico.
- El marco de las ventanas passivhaus debe contar con al menos 3 juntas de hermeticidad contra la permeabilidad al aire.
- La instalación sobre el muro se optimiza y se cuida al detalle para minimizar también el posible puente térmico e instalando membranas precomprimidas para conseguir la estanqueidad al aire.
- El vidrio puede incluir protección solar según la orientación de la ventana si fuera necesario.
Las casas pasivas suelen situar sus ventanas en las paredes sur y evitar su colocación en la zona norte.
Ausencia de puentes térmicos
Los puentes térmicos se definen en el Código Técnico de la Edificación – CTE como la zona de la envolvente térmica del edificio en la que se evidencia una variación de la
uniformidad de la construcción, ya sea por un cambio del espesor del cerramiento o de los materiales empleados, por la penetración completa o parcial de elementos constructivos con diferente conductividad, por la diferencia entre el área externa e interna del elemento, etc., que conllevan una minoración de la resistencia térmica respecto al resto del cerramiento.
Además de la envolvente y las carpinterías, en las casas pasivas o viviendas Passivhaus, será necesario cuidar la ejecución y montaje de todos estos elementos vigilando la correcta ejecución de uniones, esquinas, juntas y demás componentes de cambio de sección o de forma. Esto es debido principalmente a que, a través de estas esquinas, juntas, etc., habitualmente se producen pérdidas o ganancias indeseadas y las temperaturas superficiales en esas zonas suelen ser inferiores a las del resto de la envolvente, pudiendo provocar la aparición de moho.
Hermeticidad al aire
Habitualmente, en las viviendas se producen corrientes de aire a través de carpinterías, ocasionadas generalmente por una mala ejecución de puentes térmicos provocando malestar a los residentes y pudiendo llegar a generar condensaciones en el interior de la vivienda.
Una vivienda Passivhaus, sin embargo, debe de ser lo más hermética y estanca posible. La hermeticidad de la vivienda se mide con una prueba de presión, conocida como ensayo Blower Door que consiste en crear un diferencial de presión entre el interior y el exterior de la vivienda colocando un ventilador en la puerta de entrada.
Este ensayo es uno de los principales requisitos para conseguir el certificado Passivhaus y su resultado debe ser inferior a 0,6 renovaciones de aire a la hora.
Ventilación controlada con recuperación de calor
Un sistema de ventilación controlada de alta eficiencia con recuperación de calor realiza una renovación continua y controlada del aire interior de la vivienda. De esta forma, se garantiza una óptima calidad del aire interior ya que, además, estos sistemas incorporan filtros que depuran el aire y evitan la entrada de partículas contaminantes.
Los sistemas de recuperación de calor aprovechan la energía calorífica contenida en el aire que se extrae antes de expulsarlo al exterior.
Como orientación, diremos que un edificio Passivhaus, con un caudal de renovación del aire de aproximadamente un 33% del volumen de la vivienda, podemos aportar unos 10 W/ m² de calor, y 7 W/m² de frío.
Casas Pasivas – Infografía
Desde e-ficiencia esperamos que esta información os haya sido de utilidad y os invitamos a que vuestra casa sea lo más e-ficiente posible.