La orientación de edificios es uno de los aspectos de diseño fundamentales a la hora de proyectar un edificio o casa pasiva ya que incide directamente en el consumo energético y por tanto, nos permite reducir los gastos energéticos en calefacción y refrigeración mediante el aprovechamiento máximo de la radiación solar cuando sea necesario.
En el hemisferio norte, la orientación adecuada de un edificio y especialmente de una casa pasiva o vivienda Passivhaus debe ser hacia el sur. El objetivo principal de esta orientación, junto con el diseño de eficaces medidas control solar para el verano, es maximizar las ganancias solares en invierno pudiendo minimizarlas en verano.
Orientación de edificios: la geometría perfecta
Si observamos la posición del sol en el hemisferio norte vemos que, en invierno el mayor cantidad de cargas solares inciden sobre la fachada sur a medio día (sobre las 12h), disminuyendo muchísimo su incidencia en las fachadas este y oeste por la propia inclinación del sol.
En cambio en verano, el sol se sitúa más vertical, por lo que la incidencia en la fachada sur es importante, pero debemos de estudiar mayores protecciones para las fachadas este y oeste ya que el ángulo de inclinación es menor y no valdría con protección horizontales cortas en la fachada o elementos de fachada (aleros, voladizos…)
En relación a esto si las fachadas este y oeste son más cortas y la fachada sur más amplia podemos obtener todos los beneficios de una y disminuir la parte negativa de otras. Para ello es recomendable, siempre que la parcela y la normativa lo permita, diseñar un elemento lo más alargado posible con grandes ventanales al sur y muy pocos o ninguno a fachadas de levante y poniente.
La geometría perfecta por tanto, sería un rectángulo orientado al sur en una de sus caras más largas.
Si diseñamos un edificio o vivienda passivhaus en el hemisferio sur deberíamos de utilizar estos mismos factores; pero justo al revés. La orientación ideal sería la norte.
Arquitectura solar en la cultura griega
Históricamente existen muchísimos edificios pasivos que siguen esta pauta de diseño, como la ciudad griega de Olinto.
Construida en el año 5 a.c, la ciudad de Olinto está diseñada como una retícula perfecta en la que todas las manzanas tiene orientación ideal (norte/sur).
Los bloques de viviendas están todos orientadas al sur. En algunos casos, la lógica funcional de acceso a la parcela (acceso norte o acceso sur indistintamente) no facilita la orientación de la propia vivienda al sur pero en este caso se toma como premisa fundamental la orientación y se modifican las distribuciones, con un patio como eje vertebrador, para que encaje perfectamente y las ganancias solares sean las óptimas.
Climas cálidos
Esta pauta relativa a la orientación de los edificios no se puede generalizar en todos los casos ya que en climas tropicales y subtropicales se debe diseñar buscando una orientación que capte las corrientes de aire de los vientos dominantes para disipar así el calor acumulado en el interior. Estas corrientes de aire tienen una lógica diferente y dependen de efecto climáticos muy complejos.
En climas cálidos, pero con inviernos fríos, se debe diseñar el edificio protegiéndolo de los vientos invernales mediante una orientación que minimice la entrada de aire frio por las juntas del edificio.
La tecnología aporta mucho valor a soluciones para edificios passivhaus o edificios de consumo casi nulo. En este aspecto se han desarrollado ventanas con triples acristalamientos e incluso con gases nobles entre las hojas, con transmitancias muy bajas. El uso de ventanas cuyas pérdidas energéticas son muy reducidas permite “casi” desvincularlas en un clima cálido de la regla del edifico pasivo orientado al sur, y diseñar, por tanto, edificios con grandes aberturas a norte con demanda energética para calefacción muy bajas.
En verano estos edificios tienen menos impacto solar y menor demanda de refrigeración.