A finales de enero conocimos una buena noticia: El consejo Ejecutivo de Gobierno de la Generalitat de Cataluña aprobaba las bases del llamado “Pacto Nacional para la transición Energética”. Un ambicioso programa participativo que llegará – por etapas definidas- hasta 2050
Fundamentado en las directrices que marca la Unión Europea, la función del documento es orientar a las sociedad hacia un modelo de soberanía energética, dónde las energías renovables y las nuevas tecnologías sitúan al ciudadano como un “actor del sistema energético”, no únicamente como generador y gestor de energía. El pacto quiere coger el relevo al libro Blanco de la Energía de 1981 frente a los cambios que ha experimentado la sociedad estos últimos 35 años, “El cumplimiento de estos objetivos requiere de un camino largo”, reconoce en rueda de prensa el Conseller de Empresa y Conocimiento, Jordi Baiget, quién ha recordado que actualmente el 54% de la energía que se genera viene de las centrales nucleares, mientras que las renovables representan sólo un 8%.
Según directrices de la Unión Europea, hacia el 2020 las energías renovables deberían representar el 20% del total, y en 2030, este porcentaje debería de aumentar hasta el 27%.
De toda la energía que se consume en Cataluña:
- 27,30% se destina al sector industrial
- 15,00% al ámbito doméstico
- 12,20% en el sector servicios
- 3,10% en agricultura, ganadería y pesca.
Pero el sector que más consume energía es el del transporte (42,3%). Y de esta energía, el 95% proviene del petróleo.
El Pacto Nacional para la Transición Energética hace una visión global del modelo energético y constata que actualmente hay una elevada dependencia del exterior, por lo que se refiere a los recursos (75% y 90% contando el uranio para las centrales nucleares), especialmente fósiles, los cuales habitualmente deben ir a buscarse como mínimo a 1000 kilómetros de distancia, en ubicaciones, normalmente, geoestratégicamente complejas.
El documento consensuado con la sociedad civil, enumera siete ejes de actuación: Garantizar el derecho fundamental de acceso a la energía y la defensa de los derechos del consumidor. Garantizar el suministro energético con calidad y habilidad. Alcanzar el “máximo nivel” de ahorro y eficiencia energética; “maximizar” el uso de las energías renovable; fomentar la investigación e innovación, una “democratización” de la energía y una mayor participación de la sociedad en el nuevo modelo energético, así como ejercer las plenas competencias en el marco de la unión Europea”. En rueda de prensa, el Conseller de Empresa y Conocimientos ha reconocido que “se podría hacer mucho más” con una “ley estatal” que comentase el autoconsumo energético.
“El Gobierno está trabajando en un plan de fomento”; ha dicho Jordi Baiget, anunciando que próximamente se convocará a las entidades, empresas suministradoras, instituciones, agentes sociales y económicos y administraciones interesadas a realizar una puesta en común para impulsar el autoconsumo de energía en el país. Con el objetivo de materializar este acuerdo transversal se elaborará un plan de trabajo 2017-2025, se realizará la prospectiva energética de Cataluña 2050; se redactará la Ley de Transición Energética para el desarrollo sostenible, y se preparará un nuevo plan de energía con el horizonte puesto en el año 2030.
Además hay que subrayar que se quiere llevar a cabo un plan ambicioso donde se aspira a llegar al máximo: a un 100% de energías renovables en 2050. Para alcanzarlo, hay trazado dos etapas definidas, la primera, del 2017 al 2030 donde se quieren asentar las bases de la transición energética, impulsando las tecnologías clave de este proceso, implicando a los ciudadanos y empresas, trazando un plan de trabajo de 2017-2025. Se trata de la fase más compleja, a la que le seguirá un segundo periodo de transición, el desarrollo de las tecnologías para posibilitar la renovación energética de los edificios, la regulación y la necesidad de almacenaje de energía, y el nivel de digitalización de la red de distribución.
La aprobación de las bases para el Pacto Nacional para la Transición Energética culmina el proceso participativo iniciado por el Gobierno en el año 2015, y da cumplimiento a diferentes resoluciones del Parlamento de Cataluña que instan al Gobierno a trabajar en el cambio de modelo energético.
Artículo cedido por ENERGIEHAUS CASAS PASIVAS