EL II Congreso Internacional CAI, organizado de manera virtual por AFEC, ATECYR y FEDECAI, contó en su jornada inaugural con la presencia de Azte Boerstra, vicepresidente de la Federation of European Heating, Ventilation and Air Contioning Associations (REHVA). El experto habló de la importancia de la ventilación y la calidad del aire en edificios comerciales ante la alerta sanitaria provocada por el Covid-19.
Boerstra comenzó su intervención hablando de la misión de REHVA en cuanto a la difusión de técnicas eficientes, seguras y saludables, en su misión por defender la salud, la eficiencia y la productividad de los edificios. Un objetivo centrado en la ventilación de los edificios europeos, hoy de especial importancia por el escenario de pandemia provocado por el Covid-19.
La ventilación, la clave
El experto señaló que la calidad de aire interior engloba no solo la salud, sino también la confortabilidad de las personas que se encuentran dentro de los edificios. En este sentido, la REHVA ha estado trabajando en los últimos meses con el fin de investigar en qué aspectos había que incidir para evitar la propagación del virus.
Así, Boerstra recordó que existen muchos tipos de contaminantes en el aire interior, como los químicos, las partículas suspendidas en el aire, mohos, bacterias, CO2 y las bacterias y los virus. Por ello, los sistemas de ventilación juegan un papel fundamental en la seguridad de las personas, ya que estos contaminantes pueden provocar alergias, irritación de piel, ojos o mucosas, dolores de cabeza y, en los casos más graves, enfermedades pulmonares o cardiovasculares. Y en los últimos tiempos, también pueden provocar que nos infectemos con el Covid-19, tras comprobarse que los aerosoles constituyen una importante vía de transmisión.
La ventilación se considera fundamental hoy en día para evitar la transmisión del Covid-19 en edificios comerciales, aunque también hay que tener en cuenta otros aspectos, como el tamaño de las estancias, la concentración de personas, el tiempo de exposición y la presencia de elementos de seguridad, como distancia social y uso de mascarillas.
La importancia de la ventilación en la transmisión de enfermedades infecciosas no es una novedad. Ya los romanos y los griegos investigaron sobre ello, y personas como la enfermera, escritora, estadística y consejera de la Administración Florencia Nightingale tuvieron un papel destacado a la hora de lograr edificios saludables con intervenciones en la ventilación.
Primeras investigaciones
A raíz de los primeros casos de Covid-19 comenzaron a estudiarse los diferentes brotes que se habían producido en espacios cerrados. Una de las primeras investigaciones se centró en un autobús con personas en su interior que se dirigían a un acto religioso budista. Una de las personas estaba infectada y contagió a algunos de sus compañeros. El análisis determinó que la persona había infectado a personas sentadas a 10 metros de distancia, mientras que otras situadas a solo metro y medio no se contagiaron.
Se dio la circunstancia de que el conductor había puesto en marcha un sistema de ventilación con recirculación de aire, lo que demostró que había sido clave a la hora en la infección.
Otros estudios desarrollados en diferentes partes del mundo también han establecido que en lugares cerrados y poco ventilados, como bares y discotecas, donde las personas están muy próximas, y hablan, gritan o cantan, también se han producido contagios masivos. Todos estos lugares tenían algunos aspectos en común: había mucha gente, en la mayoría de los casos sin apenas distancia, eran lugares más bien pequeños, con un suministro de aire exterior mediocre, y en donde las personas no habían estado en silencio y habían permanecido un tiempo prolongado.
Las investigaciones pronto determinaron que la ventilación de los locales era clave en la transmisión del Covid-19. Destaca principalmente el estudio de José Luis Jiménez, de la Universidad de Colorado (EE. UU), que publicó El País. Los resultados mostraban, en una imagen interactiva, diferentes escenarios de contagio, con una fácil comprensión para el público.
Recomendaciones sobre calidad del aire en edificios comerciales
La experiencia demostraba, por tanto, que a mayor ventilación, menores posibilidades de contagio, lo que hizo que algunas recomendaciones de instituciones de salud pública europeas fueran actualizadas. En este sentido, Atze Boerstra es partidario de seguir las instrucciones del Gobierno alemán, que defiende el papel de la ventilación en la lucha con la pandemia.
En este sentido, la REHVA también ha hecho sus propias recomendaciones sobre la ventilación y la calidad del aire en edificios comerciales y en oficinas, que son revisadas a medida que surgen nuevas evidencias científicas. Los estudios establecen que la entrada de aire fresco es fundamental para minimizar los contagios.
Si se establece ventilación mecánica, convendría hacerlo al menos dos horas antes de que las personas entraran en el edificio y dos horas después. Si se utilizan aseos, hay que tener un especial cuidado a la hora de implementar las medidas de ventilación necesarias, ya que esta sala puede suponer una fuente de contagios, al extenderse los aerosoles cuando se tira de la cadena.
Medidores y filtros
Además, Atze Boerstra cree necesario utilizar medidores que establezcan cuando es necesario intervenir con la ventilación y cree necesario seguir investigando la ventilación cruzada a la hora de ventilar espacios como aulas escolares.
Por otro lado, el experto señala la necesidad de controlar que los equipos funcionen bien y no tengan fugas, y no recomienda utilizar la recirculación central, ya que se ha demostrado un alto nivel de contagios, como por ejemplo en guarderías.
Además, Boerstra señala la conveniencia del uso de filtros HEPA que estén en perfectas condiciones y tengan la capacidad de filtración adecuada. En cualquier caso, el experto recuerda que todas estas medidas no implican un 100% de seguridad, ya que el contagio depende también del comportamiento de las personas en el interior de las instalaciones.
Investigaciones de cada espacio
“Cada edificio debería estudiarse individualmente para ver si es seguro o no ante el Covid-19”, señala. De hecho, una de sus funciones es determinar el riesgo de contagio de los edificios. En los últimos meses ha estudiado casos particulares, como oficinas y hasta barcos, cada uno con sus propias características y sistemas de ventilación implementados.
Boerstra señala que la tecnología puede lograr entornos seguros pero apunta a la necesidad de mantenerse al tanto de las novedades, ya que las investigaciones continúan y las instrucciones van siendo modificadas a medida que se establecen nuevas conclusiones. Las recomendaciones pueden venir desde los gobiernos de diferentes países, a las que establece la OMS o la REHVA en su página web. Esta organización tiene disponible un curso y herramientas como una calculadora de ventilación, además de una guía que puede resultar de utilidad para las personas interesadas en minimizar el riesgo de contagios en los edificios públicos.